Arthemio Vigueras
Este día no era igual que todos, en la pequeña cabecita de Juan, apenas de 5 años, corrían un sinfín de ideas; -No entiendo por qué hoy nadie me toma en cuenta, ni siquiera mamá está gritándome que me apure, para desayunar y llevarme al kínder. Ni siquiera se ha detenido a ver que mis calcetines me los puse al revés, es más fui al baño, y me oriné fuera de la tasa, mojando todo el piso, y mi hermana Claudia de 16 años sólo me dijo: ay Juanito, ¿cuándo aprenderás?; en otro momento me habría dado un pescozón bien sonado-.
Hoy no es un día común, vi a mamá llorar al teléfono, mi hermana corrió hacia ella y la abrazó, también llorando, cuando se dieron cuenta que estaba yo parado viéndolas, mamá sólo extendió sus brazos hacia mí, y lloró mas fuerte… por un momento pensé que mi maestra, la había llamado para acusarme que le jalé del cabello a Susi, mi compañera que se sienta enfrente de mí, porque no me dejaba ver el pizarrón, pero no, sólo me dijo que Papi se había ido.
Creí que era algo más importante, Papá siempre se va; eso le dije pero me abrazó, y me dijo que esta vez era para siempre… ¿Cuánto dura para siempre?, ¿tooodo el día?, ¿o la semana?, en fin ya volverá.
Hay mucho movimiento en la casa, parece que preparan una fiesta… desde ayer aparte de llorar tanto mi mami y mi hermana, vino la abuela abrazó a mamá y lloraron; no sé si sea una nueva forma de hacer fiesta, pues han comprado muchas cosas, y llegan y llegan flores, tantas que han tenido que mover la sala para acomodarlas en la esquina, junto con unas velas muy grandes. No sé qué clase de fiesta es, pues todos se han vestido como los que venden flores de plástico a la salida del metro, vestidos de negro y que se pintan la cara; mamá siempre se queja de ellos que le dan miedo, a mí, mi mamá no me da miedo, aunque tengo hambre y extraño ir a la escuela, le pregunté a mi hermana que dónde está Papá, y dice que ya viene… no entiendo nada, ¿no que se había ido para siempre?... ¡ya sé, para siempre dura un día!
Llegó la tía Raquel, ella siempre viene sólo en navidad, cuando me vio me dio un beso, me apretó de mis cachetes y me dijo hay hijito, pobre de ti, no sabes lo triste que me pones verte tan chiquito y padeciendo esto. Ya me está dando miedo, hasta me dieron ganas de llorar, no sé si estoy enfermo y nadie me lo dice, porque también escuche a los vecinos decir, “que triste es ver que ese niño se quede así”. Yo me siento bien, cuando me enfermé de sarampión estuve muy mal y en cama, pero ahora ni siquiera me han dado medicamento, será que esta enfermedad es peor, porque me siento muy bien. La maestra llamó por teléfono, y le dijo a mamá que no se preocupara que yo no fuera a la escuela, los niños de los vecinos también han llegado a la casa, me pondré a jugar con ellos, para que mamá me vea que estoy bien, y no se preocupe por mí. Raro no me siento mal.
Escuché que la abuela le dijo a Mamá que Papá ya estaba cerca de la casa, me puse muy feliz, “para siempre ya acabo”, pero la tía le dijo a mamá que yo no esté ahí, dijeron que todos los niños se subieran a la habitación a ver tv; yo no quiero, le pedí a Mamá ver a mi papito, ella me dijo que no, que yo era muy chico para comprender… no se qué pasa, ahora están más tristes, ¿papá estará enojado conmigo?, ¿no me quiere ver?... voy a llorar, ahora sí, tengo muchas ganas de llorar, pero no les importó, mi tío me cargó, a pesar de las patadas que le di, como es más fuerte que yo, me encerraron en la habitación con dos de mis primos, un poco más grandes que yo.
Lloré y lloré, por un rato, mis primos parados en la ventana, viendo… me levanto y asomo, veo cómo Mamá abraza a la abuela y mi hermana junto con ellas; llegó un carro muy largo, como el de los artistas, bajaron un mueble largo… será una fiesta sorpresa, y por eso no quieren que esté abajo, mi primo dice que ahí viene mi papá, yo no lo veo… ellos me abrazan y me dicen que Papá murió, que se ha ido para siempre. Les dije que sí, pero que ya regresó, para siempre no es siempre, siempre… dura poco.
Tengo hambre, creo se han olvidado que estamos acá arriba, el tío Agus sube, y le digo si ya podemos bajar, a ver a mi papito… el entra y me sienta en sus piernas, y me dice que debo ser fuerte, además, que como hombrecito de la casa no debo llorar, le digo que ya no lo haré, que solo quiero bajar a saludar a mi Papá y comer algo. Él me dice que papá está y no está… qué complicados son los adultos, ¿está o no?
De pronto todos son muy amorosos conmigo, pero ya me cansé que me mojen de lagrimas y uno que otro moco; la caja está en la sala, rodeada de flores y velas, la gente habla en voz baja, le pregunto a mi tío dónde esta papá y qué hay en esa caja… me dice que ahí esta Papá. ¿Qué hace ahí?, veo a mamá, corro hacia ella y le digo que quiero ver a mi papá, me dice que no puedo, que está ahí en la caja esa, pero que no me puede oír, le pregunto que por qué se acostó ahí, si quiere dormir porque no se va a la cama… me abraza mamá y me dice que él ya no está. Pero yo lo veo desde la escalera, ¿por qué no está y si está ahí?
La maestra llegó, con mis compañeros de la escuela, corro a recibirlos, la maestra me besa y me dice que sea fuerte, que mi papá está con Dios… ah ya entiendo, es como la iglesia, por eso la gente habla en voz baja, porque Dios está hablando con mi Papá en sus sueños. Mis compañeros me abrazan, hacen fila para abrazarme y darme un beso, mmm un beso de Susi, ya se le olvidó que le jalé el pelo, y me dan una flor cada uno. Pero si no es mi cumple, además las flores son para las niñas.
Mi abuela me metió a bañar, y me está vistiendo con un traje que a mí no me gusta, pues con ese no se puede jugar, pues mi mamá me ha dicho que es elegante. ¡Han cerrado la caja!, ¡no, no lo hagan! que no ven que mi papa se va espantar cuando despierte, vera todo obscuro. Le digo a mi mamá, pero sólo me abraza llora y lloro, corro con mi hermana y le digo que la abran, no me hace caso, sólo me abraza y me dice que ya, que sea fuerte, que papá ya no estará con nosotros.
Porque nadie me hace caso, sólo lloran, me dice la abuela, que Papá, se ha ido con Dios, que ha hecho un viaje del cual no volverá, le pregunto que a dónde se fue, me dice que al cielo donde vive Dios, le digo que entonces puede volver mañana… ella me abraza y me dice que no, que ya no volverá.
Estamos en el panteón, hay un hueco en el suelo, mi mamá grita y llora muy fuerte, dice que no se vaya, no entiendo, yo le dije eso antes y no me hizo caso, la gente la abraza, están colocando la caja para meterla al hueco, les grito que no lo hagan, que ahí dentro va mi Papito… pero no me hacen caso, ni a mi mamá le hacen caso, ni a mi hermana… lloro, abrazo a la abuela y le digo que les diga que no lo metan ahí… la abuela me dijo que debo ser fuerte, que él estará mejor ahí, no entiendo, por qué le echan tierra encima, ¡abuelita, ¿para qué le echan tierra, si se va ir al cielo?, así no va despegar!, ¿pero que no entienden? ¡Los adultos son muy tontos, no saben cómo volar!
Han pasado muchos días, Mamá llora a veces a escondidas, yo también, no sé por qué Papá se fue… creo que ya no me quería, no sé dónde está el panteón, ya se tardo mucho, ¿ya habrá despertado? y si se ahogo, a lo mejor no hay nadie cuidando que despertará, nunca vi despegar su caja-nave, me siento triste… porque nadie me dice que paso con mi Papito.
Ya nadie me abraza, y eso me enoja…en el kínder ya no quiero jugar… hoy fue el último día de clases, mi maestra dice que iré a la primaria, yo no quiero, quiero hacer una caja-nave para poder volar, a lo mejor mi papá por eso no regresa, a lo mejor la perdió o se la robaron, como a mi tío su carro.
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